
Javi López, segundo por arriba, en su época en el Córdoba CF / LARREA (CORDÓPOLIS)
Desde que en 2006 empecé a dar pasos en la profesión, mi trayectoria siempre estuvo muy ligada al deporte. Es el ámbito en que más he desarrollado mi trabajo periodístico. Aunque después, gracias a la confianza de Cordópolis -medio en el que firmé entre 2013 y 2021-, pude adentrarme en otros muchos terrenos. Sea como fuere, no dejé mi labor en el plano deportivo, incluso como coordinador de sección durante un tiempo. A lo largo de años narré de todo, pero lo mejor fueron las historias de creación propia.
En verano de 2020, ya al frente del espacio de deportes en el citado diario digital, ideé una fórmula para acudir a temas más específicos; diferentes al resto. Fue el conjunto de cuatro seriales mensuales de reportajes. Uno mostró la importancia de la cantera, otro supuso la colección de unas entrevistas menos típicas y un tercero otorgó protagonismo a las deportistas femeninas. Corrieron a cargo, respectivamente, de los compañeros Cristian López, Jesús Ventura y Miguel Huertas.
Y hubo un cuarto, que fue el que apareció la primera semana de cada mes. Lo dispuso un servidor, que quiso conocer el lado más humano de diferentes figuras del fútbol, el balonmano o el boxeo, entre otras disciplinas. Pretendí contar las historias que suelen encontrarse tras el deporte. Trataba de ofrecer lo que muchas veces -casi siempre- queda oculto en el exceso de información habitual. Arranqué el 7 de octubre de 2020 con un reportaje sobre Javi López, que prometía mucho en el césped y decidió dejarlo para convertirse en un importante doctor en Física.