
David Valle llora tras el empate en Almansa en 2006 / ABC
En la memoria no sólo permanecen momentos agradables. Los recuerdos no sólo son sobre circunstancias positivas. También existen efemérides dolorosas y tristes, y esto va más allá de la propia experiencia vital. Alcanza el imaginario colectivo. En fútbol es mucho más habitual de lo que pueda parecer, sobre todo cuando uno es aficionado de un club humilde. O simplemente de una entidad distinta a las vencedoras habituales, las que casi celebran por imperativo. Si bien siempre se trata de ocultar esos hechos en lo más profundo del cajón, es inevitable que perduren.
El 21 de mayo de 2006 sufrí uno de los golpes más duros que recuerde -que no el más, ni mucho menos-. Igual que yo, o peor en algunos casos a buen seguro, lo padeció el resto de la afición del Córdoba CF -“el Córdoba” en adelante-. Yo lo viví en la distancia, en plena tarde de fiesta familiar junto a El Arcángel, pero hubo quien lo hizo en persona. A un buen puñado de kilómetros de la ciudad. Ese día el conjunto blanquiverde tiró a la basura, porque es la descripción más apropiada, las poquísimas opciones que tenía de jugar el play off de ascenso a Segunda A.
Ocurrió en un mediano municipio de Albacete. Sucedió mientras en casa se disfrutaba de la Feria de Nuestra Señora de la Salud -o de Mayo, como se le suele llamar a nivel popular-. Era domingo. El Córdoba visitaba al Almansa, un rival que luchaba por huir del descenso a Tercera. Y que entrenaba, por cierto, un hombre después mucho más conocido en España. Álvaro Cervera dirigía al cuadro manchego, que finalmente cayó de categoría. Pero eso es un asunto que en nada atañe a los blanquiverdes, a los que asestó el enésimo varapalo de su historia -la reciente aún más-.
Las posibilidades del Córdoba, que estaba a las órdenes de Pepe Escalante, eran escasas. Faltaban dos jornadas con ésta incluida y todo pasaba por sumar de tres en Almansa. Se situaba a cinco puntos, a falta de seis antes del partido, de la última plaza de promoción de ascenso. Y lo cierto es que el panorama habría mejorado muchísimo de ganar pues el Sevilla B, que era el equipo que ocupaba esa posición, cedió. Lo cierto es que todo se puso de cara enseguida, ya que en el minuto 10 el conjunto blanquiverde se adelantó en el marcador. Cobró ventaja, curiosamente, con un jugador que continúa -y es capitán- hoy en día en el club.

Fue Javi Flores, entonces con apenas 20 años y en el inicio de su trayectoria sénior, quien abrió el tanteador. Sin embargo, el Almansa llevaba el manejo del partido. Del gol le separó constantemente el portero blanquiverde, David Valle, que fue después uno de los protagonistas gráficos -si no el protagonista- del amargo desenlace. Pero para llegar a eso todavía quedan unas cuantas líneas. El caso es que el Córdoba supo mantener el resultado hasta el final de la primera parte. No sólo eso sino que al poco tiempo de la segunda incrementó la diferencia en el marcador.
Al minuto 62 anotó Arnal, llegado en el mercado de invierno. Con el 0-2 dábamos por hecha la victoria y aumentaban las esperanzas de alcanzar el play off. Yo lo hacía en El Arenal, en la Feria, con mensajes de texto (SMS) que entraban en mi móvil. No se tenían móviles con Internet, no había Twitter, no todo se conocía casi antes de ocurrir. Sin embargo, el Almansa era superior, apretaba, buscaba el gol. David Valle no pudo evitar el 1-2 a cinco de los 90. El temor creció, y el caso es que un servidor lo sufrió en demasía en el fragor de la batalla festiva. De repente, una llamada de teléfono. Entre el ruido, casi sin capacidad para escuchar, me dijeron: ha empatado el Almansa. Todo terminó, el mundo se nos paró.
Una jugada absurda en el sexto minuto de tiempo añadido, el cuadro manchego logró igualar. El árbitro decretó el final sólo unos segundos después. El partido terminó con empate a dos. La realidad, su realidad en más ocasiones de las debidas, atizó al Córdoba. En el último suspiro pasó de reavivar su fe en la promoción a llorar el adiós a esa opción de luchar por el ascenso a Segunda A. Por si fuera poco, la temporada la cerró con una derrota por 2-4 ante el Écija y una sexta posición poco honrosa en el Grupo IV de Segunda B. David Valle, vuelvo a ello, reflejó a la perfección la dureza del desenlace en Almansa. Su imagen, publicada al día siguiente en ABC Córdoba, la recupero para esta historia de otra decepción blanquiverde…

ALGUNOS DATOS
- Ante el Almansa, el Córdoba compitió de inicio con David Valle, Carrión, Mariano Fernández, Hugo Pina, Israel, Fredrik, Juan Navarro, Arnal, Javi Flores, Txiki y Arnal. También jugaron Pierini, Sérvulo y Villa.
- En aquel partido participó el actual capitán del conjunto blanquiverde, Javi Flores: el centrocampista no pertenecía a la primera plantilla, pero se hizo un hueco en el equipo.
- La derrota del Córdoba permitió al Sevilla B disputar la última jornada sin nada en juego, lo que en cierto modo benefició a otro equipo de la provincia: el extinto Villanueva empató en tierras hispalenses y salvó la categoría.
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