
Juanito pugna con Cheryshev, del Sporting / FRANCISCO GONZÁLEZ (CÓRDOBA)
Haría calor, pero no tanto como ahora. Creo. No lo recuerdo. Ese detalle, como muchos otros, cayó en el olvido. La edad, que no perdona. Aunque en ese momento tampoco es que me importara nada aparte del partido. Porque era el anhelado, no sólo por mí sino por los que, como yo, caminaban entre la infancia y la adolescencia. O en la juventud. Y era el más esperado para los veteranos.
El 22 de agosto de 1999 jugaba el Córdoba CF -“el Córdoba” en adelante- en el Nuevo El Arcángel. Todavía tenía pistas de atletismo el estadio. También tenía gruesas losas que bailaban al paso de las personas. Vi tropiezos por su culpa. Pero ése es otro asunto. Aquel no era un partido más. Comenzaba una nueva temporada de fútbol en España y el conjunto blanquiverde estaba donde muchos, quizá, pensaron que jamás volverían a verlo.
Después de 16 años -y pico- el Córdoba militaba en Segunda -ya con apellido A-. El rival era un histórico. Todavía era una época en que gozaba de reputación de Primera. ¡Viene el Sporting! Probablemente fue lo que exclamé cuando vi el calendario, que por supuesto conocería por la radio. E incluso, no lo descarto, un día después por el periódico. Corría el tiempo en que Internet no era usado hasta por los recién nacidos, en que no existían las redes sociales y en que la vida no era vertiginosa.
Lo que no podré olvidar es, precisamente, la ilusión que le hacía al niño de 14 años que era la visita del Sporting. Ese día, 22 de agosto de 1999, y los anteriores, recordaba el cromo de Benito Floro, su entrenador en la temporada 1996-97. Entonces aún competía el cuadro gijonés en Primera. En la semana del partido guardé uno de los primeros tesoros que, con los años, acumulé: una papeleta de La Quiniela de la jornada. El Córdoba estaba en ella.

Aquella cita fue para mí, amante de las colecciones de Ediciones Este y de la Guía Marca, realmente especial. Entiendo que, si no para todos, para la inmensa mayoría de la afición del Córdoba. Conté los días desde el domingo anterior. Conté las horas el día del partido. Iba a ver a Lediakhov y Cherishev donde hasta unos pocos meses antes había visto, con todos los respetos, al San Pedro -de Alcántara-, el Mar Menor o el Moralo. Iba a ver a Monchu, y al prometedor Mingo. A todos ellos los tenía en estampas.
Estaba a punto de ver a mi equipo ante el Sporting. Yo, que tuve la fortuna de celebrar el ascenso a Segunda -siempre A ya- que tanto se resistió, que tanto aguardaron mis mayores. Olvidé enseguida aquellas bromas por el catastrófico descenso del conjunto asturiano en la temporada 1997-98 -descendió de Primera con sólo 13 puntos-. Quería ganar, pero sobre todo deseaba disfrutar de lo que muchos no pudieron porque se marcharon antes; de lo que aguardaba la ciudad largo tiempo.
El Córdoba perdió. Un gol de Lediakhov le fue suficiente al cuadro gijonés, entrenado por Pedro Pablo Braojos -que no terminó la temporada-, para llevarse los tres puntos. Pero poco me importó. Quizá fue la derrota que menos me ha dolido hasta hoy, desde junio de 1996… Y sin el quizá. Todavía seguía vivo el sueño de Cartagena. El conjunto blanquiverde, mi equipo, era de plata y ese día sólo tocaba saborearlo. Ya nos obligaríamos a vencer más adelante. En ese momento lo único importante era que… ¡Viene el Sporting!

ALGUNOS DATOS
- El Córdoba compitió de inicio con Leiva, Ruiz Otxoa, Juanito, Robert, Óscar Ventaja, Rafa Navarro, Pedro Aguado, García Sanjuán, Alberto Saavedra, Diego Ribera y Júnior. También jugó Barajas.
- Sánchez Jara fue titular con el Sporting, sin imaginar que casi 15 años después celebraría, como miembro del club -asesor técnico de Albert Ferrer, el retorno a Primera del conjunto blanquiverde tras más de cuatro décadas.
- También formó parte del once gijonés Manolo Sánchez, que vistió la elástica del cuadro califal en la segunda parte de la temporada 2001-02.
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