
Raphael, en concierto en Córdoba en 2017 / ÁLEX GALLEGOS (CORDÓPOLIS)
Es uno de las leyendas hechas carne, pero sobre todo voz, de la música española. Pertenece al período en que existían los ídolos, y no con pies de barro como ahora; en que el ahora llamado fenómeno fan era simplemente admiración sincera. Forma parte del tiempo en que no era efímero cada detalle, cada momento, cada persona; en que la superficialidad y la artificialidad no lo inundaban todo. Quizá éste sea el motivo por el cual Raphael continúa en los escenarios aun cuando ronda los 80 años.
Actualmente, Miguel Rafael Martos Sánchez (Linares, 1943) gira para celebrar su 60 aniversario entre escenarios -que es lo que más le gusta de su oficio-, los estudios de grabación o los platós de televisión y cine -el tour se llama Raphael 6.0-. Todavía hoy, después de tantos años, llena en cada concierto. Y reúne a espectadores de muy diferentes generaciones: la abuela, la hija, el nieto… Es, sin duda, el gran incombustible de la música española, y todo pese a las complejas tendencias de esta etapa.
Resulta que un servidor tuvo la oportunidad de conversar con el mito, también admirado por él aunque eso no debía notarse en el diálogo, hace unos años. Con motivo de la primera prolongación de su gira Loco por cantar, que arrancó en 2017 y continuó mucho más allá en el calendario, charlé con Raphael ante su concierto -uno más- en Córdoba en 2018. El resultado fue una entrevista publicada en Cordópolis (04-10-2018) que llegó a ser traducida al ruso y que me apetece recuperar.
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