
Catedral de Burgos / RAFA ÁVALOS
Viajar es uno de esos pequeños placeres que hacen más interesante y grata la vida. Cierto es que no siempre es asequible, sobre todo cuando se planifica con estancias en hoteles, comidas en restaurantes y visitas numerosas. Pero, como decía el anuncio, no tiene precio. La expresión es más válida si cabe al haber gusto por el descubrimiento de otras costumbres, de otros estilos de vida, por el conocimiento de la historia y la gastronomía de cada lugar. Es lo que un servidor se propone desde hace unos años y trata de mostrar en De viaje, una sección en la que por ahora se produce un recorrido por Castilla y León. En esta ocasión el destino es Burgos, que presento en un breve documental fotográfico.