
Terapia canina de El Arca de Noé y Autismo Córdoba / MADERO CUBERO (CORDÓPOLIS)
Tienen capacidades diferentes, es la mejor manera de definir a las personas que habitualmente se han denominado discapacitadas. Lo que no tienen distinto es su ser: son personas, como cualesquiera otras. A veces, hay quienes los ven desde la distancia, con una percepción equivocada e incluso de manera despectiva. Pero en ocasiones ellos y ellas pueden enseñarnos, porque no son pocos los casos en los que poseen una gran inteligencia y la virtud de memorizar y aprender, por ejemplo. En cualquier caso, siempre necesitan un punto de apoyo quienes sufren trastorno del espectro autista.
El autismo no tiene por qué llevar a un aislamiento total de la sociedad, del entorno. Depende del grado de la patología, pero muchos y muchas de las personas que la padecen saben relacionarse. Aunque sea de manera especial, peculiar casi. Lo cierto es que, sea como fuere, siempre viene bien una atención para con ellos y ellas con el fin de que puedan progresar en ese sentido. No en vano, la socialización es el mayor obstáculo al que se enfrentan.
Y para que avancen existe todo tipo de terapias, como las relacionadas con animales. Ejemplo de ello es la que realiza -o realizaba en su momento- la protectora de animales de Córdoba El Arca de Noé. Una entidad sin ánimo de lucro que quiso trabajar con otra similar, la asociación Autismo Córdoba. La experiencia de estar junto con perros, siempre afectuosos, ayuda a los jóvenes y las jóvenes a abrirse al mundo, por decirlo de alguna forma. Y yo tuve la fortuna de asistir a una sesión de trabajo y conocer de primera mano cómo se desarrolla.
Lo conté en un reportaje publicado en Cordópolis el 23 de octubre de 2017.