
Un individuo arrancó una bandera LGTBIQ+ y colocó una franquista en Albaida (Valencia) / 20 MINUTOS
Aclaración: los únicos culpables de los delitos son quienes los cometen, en el reportaje sólo se muestra la correlación entre un discurso ideológico y reacciones concretas.
Datos: Ministerio del Interior.
«Si seguimos saltándonos la ley, el día de mañana vamos a ver la bandera de los pedófilos y nuestros hijos, mis nietos, pueden estar metidos en eso». Como suena. Tal argumento es el que utilizó unos días atrás un concejal de Vox en el Ayuntamiento de Mérida (Badajoz) para solicitar la retirada de banderolas arcoíris de la fachada de la casa consistorial de dicha localidad. Se llama Francisco Piñol y entendió normal hacer una comparación entre el colectivo LGTBIQ+ y la delincuencia sexual sobre menores.
Lo cierto es que el Tribunal Supremo prohíbe, en los edificios públicos, izar banderas no oficiales. Es decir, colocarlas en los mástiles. Y lo que hacen las instituciones que lo creen conveniente es instalar lonas en balcones o laterales de fachadas. A partir de una media verdad, el buen hombre pensó que estaría bien realizar una similitud con un tipo criminal. Mientras, en Náquera (Valencia) quedó vedada la bandera arcoíris. Así lo decidió su nuevo alcalde, Iván Expósito, de Vox, tras pactarlo con el Partido Popular (PP). El acuerdo recoge otras medidas que…
Hace unos días, un hombre arrancó una bandera arcoíris del balcón del Ayuntamiento de Albaida (Valencia) y la sustituyó por una preconstitucional -franquista, es esto-. Ese hecho, provocado por la postura de la formación liderada por Santiago Abascal y otros grupos, es sólo la punta de lanza. Porque siempre hay quien convierte la intolerancia en violencia, física o verbal. Si los delitos de odio crecieron en España un 45,44% de 2014 a 2022, el ámbito de orientación sexual e identidad de género se vio muchísimo más afectado.
En 2015, el país mejoró notablemente en este sentido. Venía de un 2014 altamente negativo en los actos contra personas LGTBIQ+, con la friolera de 513. La cifra supuso un 39,92% del total (1.285) de los hechos delincuenciales contra la diversidad. Un año después, se registraron 169. En ese bienio, Vox no estaba presente en instituciones y apenas empezaba a contar con repercusión en los medios de comunicación y a nivel social. En 2021, con 52 escaños en el Congreso, un discurso fortalecido y viral, el dato de infracciones homofóbicas, transfóbicas… escaló hasta las 477.
Dicho de otro modo, este tipo delictivo tuvo un incremento, ojo al dato, que diría aquel, de un 182,24% de 2015 a 2021. El aumento progresivo se produjo, casualidad o no, a la par que Vox crecía políticamente y en aprobación social. Otro apunte significativo respecto de la correlación… En 2019, el partido de ultraderecha entró por primera vez en el Congreso y se registraron 283 delitos de odio contra el colectivo LGTBIQ+. En 2022, el número fue de 477, como ya se escribió. Esto fue un 68,56% más en sólo 24 meses.
Para que se vea con más sencillez…
También aumentan la xenofobia y el racismo
Dentro de la tipología delictiva analizada, el otro ámbito que ha sufrido una evolución muy negativa es el relacionado con la xenofobia y/o el racismo. Se trata de problemas crecientes y no sólo en torno al fútbol -con los ataques a Vinicius, del Real Madrid, por ejemplo-. Muy al contrario. Las cifras han ido en ascenso en el período estudiado. Y ya eran altas al inicio, en 2014.
En este aspecto, los postulados de Vox -y de otros grupos- resultan poco beneficiosos para combatir el desprecio a quien viene de otro país o tiene otro color de piel. Claro ejemplo del señalamiento de la población foránea, y más en particular africana, es el ideario sobre menores extranjeros no acompañados (Menas). Su campaña contra ellos es permanente. Hasta la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular (PP), reprochó en 2022 sus mensajes: «La delincuencia no está relacionada con el origen de las personas. No vuelvan otra vez a mezclarlo».