
Lourdes Mohedano, segunda por la derecha, tras lograr la plata en Río / RFEG
La tarde del 21 de agosto de 2016 se convirtió en un momento inolvidable para muchos y muchas. Para sus protagonistas, desde luego. Entre ellas estaba Lourdes Mohedano, que ese día logró la primera medalla olímpica femenina de Córdoba. Lo hizo en los Juegos de Río de Janeiro, donde brilló junto con sus compañeras del conjunto español de gimnasia rítmica. Y a pesar de que pudo ser mejor, hizo feliz a bastante gente. Un servidor fue uno de los que vivió el hito con alegría desbordante.
Recuerdo escribir la crónica de la actuación en la final de la cordobesa -que no peñarriblense- y sus compañeras con lágrimas en las mejillas. Estaba emocionado porque, como quien dice, vi nacer a una de las mejores deportistas de la provincia de todos los tiempos. Ya seguía sus pasos cuando tenía 16 años y empezaba a formar parte de la selección española de gimnasia rítmica. Entonces, alcanzó los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los que estuvo, con un oro en el Preolímpico. Estuve en su recibimiento en la Estación Central de Córdoba.
Soñaba con narrar el mayor de los éxitos de Lourdes y tuve oportunidad de hacerlo. Ella y sus compañeras de conjunto me la concedieron. Qué difícil se hizo mantener la serenidad, en un periodismo vertiginoso por el mundo digital, para contar lo vivido y no caer en la subjetividad extrema. En cualquier caso, fue una tarde feliz aquella. Por mucho que, a un servidor le quedara el enfado porque la medalla en Brasil debió ser de oro y no de plata. Pero se ve que tenía que ganar Rusia…
La histórica subida al podio de Mohedano la conté en Cordópolis (21-08-2016).