
ALERTA: SPOILER
Sinopsis
Gintas es un jefe de policía que pertenece a la élite local que ha gobernado en silencio su pequeña ciudad de provincias durante los últimos años. A punto de jubilarse, es golpeado por una serie de asesinatos que están arrasando con los miembros de la casta a la que pertenece y que podrían sacar a la luz sucios secretos del pasado. Gintas deberá entregarse en cuerpo y alma para resolver el caso y proteger su vida y la de los suyos.
El 11 de marzo de 1990 tuvo lugar su declaración de independencia. Ocurrió sólo unas semanas después de las primeras elecciones democráticas desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Aunque no fue definitivamente reconocido como estado hasta el 17 de septiembre de 1991, cuando ingresó en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Días antes, al fin la Unión Soviética (URSS) lo consideró nación. Pero Lituania inició su camino hacia la libertad años atrás y es en ese período donde se establece el origen de la historia. Concretamente, en 1989. De los polvos de aquella época, lodos vinieron décadas después.
Todo comienza en una etapa convulsa en los países del antiguo régimen ruso. Esos que deseaban escapar del yugo. Y lo consiguieron, no sin dificultad. Arranca la historia en plena descomposición de la KGB, agencia de inteligencia de la URSS. Este hecho, sin embargo no se conoce hasta el final de la película, cuya acción se desarrolla en el presente. Pese a que se muestra la Lituania del siglo XXI, muy avanzado ya, en todo momento la atmósfera es densa y la ambientación, oscura. Tiene sentido pues se trata de un relato marcado por las sombras del ser humano.
En realidad, el filme tiene su inicio en la época actual -en 2020, aproximadamente-. Un niño apunta a su profesora, en una clase de una escuela, con una pistola. Lo hace al finalizar la exposición de un trabajo sobre el oficio de su padre, comisario policial de su municipio. De esta forma, los guionistas, Jonas Banys y Emilis Vėlyvis, procuran una presentación cruda del contexto. La violencia y la corrupción social son las bases para comprender cada acontecimiento posterior. Por cierto, el segundo de los escritores es también quien firma la dirección.

Lo cierto es que la narración tiene su primer instante importante cuando un individuo aparece ahorcado en la escalera de incendio de un edificio. Se trata de un crimen y no de un suicidio. Dicha circunstancia, no obstante, pasa desapercibida durante la mayor parte del largometraje. En esa muerte está una de las claves de una consecución de asesinatos brutales, si bien el primero es considerado un suicidio en un principio. El fiscal de la región es la víctima de lo que aparentemente es un disparo infligido por sí mismo. También mueren a manos ajenas, de forma extremadamente cruel además, un sacerdote y un juez.
¿Qué se esconde tras esos actos? La investigación le toca al comisario, mencionado unas líneas antes, justo después de anunciar su retirada y la aspiración de alcanzar la alcaldía de la localidad. Un hecho éste que desagrada sobremanera a la primera edil. Con todo ello se construye una historia de miserias y conflictos por y desde el poder. El trasfondo es la destrucción acelerada del sistema soviético y el recuerdo, negativo por supuesto, de sus atropellos. Uno cometido por cinco agentes de la KGB en aquel 1989 dio pie a lo que ocurre en la actualidad.
Porque ésta es una película sobre la venganza de una víctima de la tiránica URSS. Y al no tenerse en cuenta en un primer momento el muerto colgado, la Policía no hace más que dar palos de ciego. Es la voluntad del asesino, que se encarga de trazar a la perfección el camino a seguir por las autoridades. A todo esto, el protagonista del filme sufre bajo la amenaza del criminal en serie pero también por la persecución política y judicial: el comisario es desplazado de la investigación y poco después se convierte en sospechoso. En definitiva, el espectador está ante un intenso thriller, con muy buena línea argumental, magnífica ambientación e interesantes interpretaciones. Pero… Por desgracia, los creadores del largometraje idearon un desenlace poco creíble. El final desmerece por completo tan notable trabajo, lo que le resta mucho. Una pena.