
Levantamiento de cadáver de una víctima de violencia de género en Almería / EFE
Aclaración: los únicos culpables de los crímenes son quienes los cometen, en el reportaje sólo se muestra la correlación entre la percepción de la sociedad y reacciones concretas.
Datos: Ministerio de Igualdad.
En términos generales, determinados discursos generan una repercusión negativa. Un ejemplo son las cifras del presente año. Sin alcanzar la mitad de agosto, son bastante peores que los del anterior con este mes terminado. Hoy, son 35 las víctimas mortales de la violencia de género, mientras que a 1 de septiembre de 2022 eran 30. Por tanto, se ha producido un aumento de un 16,66% de asesinatos machistas en 20 días menos -a vista de este sábado-. La tendencia ascendente es mucho más perceptible desde una perspectiva mayor, como ya se mostró en un reportaje anterior.
La problemática continúa e incluso empeora por momentos, como ocurrió el pasado julio con un repunte preocupante. Aun así, en España hay quien mantiene una postura de desacuerdo con la hasta hace no mucho unánime de lucha contra ella. En especial son los miembros de Vox los que se oponen a la realidad, cuando no la niegan. De lo último una muestra fueron las declaraciones de José María Llanos el 16 de junio. «La violencia de género no existe, la violencia machista no existe», aseveró en un tiempo en que era el posible nuevo presidente de las cortes valencianas.
Tal fue la polémica por sus palabras que se vio obligado a matizar. A su manera, claro. «Me gustaría rectificar y condenar todo tipo de violencia contra la mujer, incluida la machista, lo que niego es la existencia de la violencia de género», escribió en Twitter el mismo día. Lo cierto es que los mensajes del partido de ultraderecha favorecen un comportamiento otrora repulsivo para la mayor parte de la sociedad. Porque conllevan efectos como una percepción errónea en la juventud. En los números está la base de dicha afirmación: crecen los crímenes a manos de hombres de entre 21 y 30 años.
De entrada, este año, hasta la fecha, el dato de asesinos menores de 40 ha registrado su máximo desde 2017. Se sitúa ese sector, a 12 de agosto, en un 37,14%, cuando en 2022, sin ir más lejos, el guarismo fue de un 28,57%. Desde la fecha mencionada, sólo una vez se superó el 30%. Fue en un 2020 marcado por la pandemia de Covid-19. La cifra entonces fue de un 34%. Y todavía restan tres meses y 20 días por delante… Eso sí, al menos en las edades referidas descendieron sobremanera los crímenes en este ámbito respecto de la primera década del siglo.
Pero, ¿qué sucede con los hombres de entre 21 y 30 años? El dato en este sentido se presenta en 2023, aún por acabar, a niveles del primer lustro analizable. Esto es, con el inicio de la base estadística al respecto en 2003. Entre ese año y 2007, un 17,35% de los asesinos machistas tenían edades dentro de ese arco. Actualmente, la cifra es de un 17,14%. Todo después de un descenso en 2012 y 2017, cuando disminuyeron los crímenes de este sector a un 13,48% y un 7,84%, respectivamente. En 2022 hubo una ligera subida a un 8,95%, un registro muy inferior al de los 12 meses en curso.
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El descenso de los suicidios, otro indicador
Los referidos hechos no son los únicos que pueden tenerse como repercusión directa de determinados discursos -el de Vox, principalmente-. Recientemente, Miguel Lorente expuso una conclusión importante de un estudio propio. Se trata de uno de los más prestigiosos médicos forenses del país, que además fue delegado del Gobierno para la Violencia de Género entre 2008 y 2011. «El suicidio tras el homicidio ha bajado 7,3 puntos, lo cual está relacionado con la menor percepción de rechazo social por parte de los agresores», explicó.
Es decir, quienes matan a sus parejas o ex parejas tienen la sensación de que dichos crímenes no son tan condenados socialmente como antes. A los datos: en 2023 hubo un 28,57% de hombres que trataron de quitarse la vida -lo lograron seis de diez- tras arrebatársela a las mujeres. El porcentaje es el menor desde 2018, cuando éste fue de un 28,3%. Otro apunte destacado en este aspecto: desde 2007 (21,13%), sólo se bajó del 30% hace cinco años y en la actualidad. En 2022, por completar el plano, el guarismo fue de un 38,78%. Se ha producido, por tanto, en menos de 12 meses, una reducción de un 10,21%.