
Perspectiva de las torres sur y norte de la catedral de Málaga / RAFA ÁVALOS
Muchas son las veces que he visitado Málaga. Algunas lo hice sólo unas horas, con el fútbol como excusa. Otras, durante unos días, que siempre, al final, son pocos. El caso es que en ninguna de esas ocasiones profundicé en conocer uno de sus más grandes atractivos turísticos. Hasta este verano, en que me adentré en la Catedral Basílica de la Encarnación, junto a la que había paseado en viajes anteriores. Por su ubicación, el templo puede parecer sencillo, recatado o vaya usted a saber. Nada más lejos de la realidad pues se trata de una excelente obra. Es imprescindible acudir al monumento si se para en la capital de la Costa del Sol.
La magnífica primera iglesia de la diócesis malagueña presenta además una curiosa estampa en su portada principal. Ésta aparece retranqueada por dos torres, pero cada una tiene una terminación diferente. Puede pasar desapercibido este hecho, como si se hubiera construido de tal modo a propósito. Y tras dicha circunstancia se esconde una historia más que interesante. Es la del origen del cariñoso sobrenombre con que los habitantes de la ciudad llaman a la catedral: la Manquita. No era intención que todo quedara como se observa en la actualidad, si bien los acontecimientos obligaron.

El origen de Estados Unidos trascendió en Málaga
Tras disfrutar del impresionante templo, obra considerada una de las más importantes del Renacimiento español, tuve una ocurrencia. ¿Por qué no contar las razones por las que se le conoce como la Manquita? Sabía de tiempo atrás del relato, aunque en realidad me restaban detalles. Los añadí a mi aprendizaje justo después de idear el reportaje. De entrada, fueron los Reyes Católicos quienes determinaron que la catedral se levantara donde se encuentra. Fue a los días de conquistar Málaga, allá en 1487. En el lugar se hallaba la mezquita aljama de la ciudad.
Sin embargo, no fue hasta 1526 cuando se establecieron los cimientos de la iglesia y hasta 1528 cuando comenzaron las obras. De los planos participaron Diego de Siloé y Andrés de Vandelvira, con una línea renacentista que acabaría por contar también con trazas de estilo gótico. En cualquier caso, la construcción se prolongó durante más de dos siglos. Su apertura al culto tuvo lugar en 1782, en los últimos años de reinado de Carlos III. Corrían tiempos de revoluciones y guerras. De todo hubo en gran parte de lo que hoy es Estados Unidos. Y dicho asunto tiene su relevancia en esta historia.
En abril de 1775 comenzó una rebelión de colonos en Boston. Aquel territorio estaba entonces bajo dominio de Inglaterra, que procuró contener el levantamiento popular. Pero el descontento se extendió a lo que se llamaban las Trece Colonias, que eran, su nombre lo dicen, colonias británicas. ¿Qué sucedió tras esto? Arrancó la Guerra de Independencia, que finalizó en 1783 con la derrota de los imperialistas. Nacería otra nación de este desenlace: Estados Unidos. Y en todo ello tuvo protagonismo España.

Resulta que la Corona abogó por apoyar a los revolucionarios. Lo hizo con hombres, en los escenarios de mando hispánico, pero también económicamente. Ahí se produjo un problema para la catedral de Málaga. La torre norte se dio por culminada en 1782. La torre sur vio paralizada su edificación. La razón: España desvió el presupuesto a su alianza con las Trece Colonias. No pocos consideran fundamental el papel de nuestro país en la independencia de aquellos territorios y, por ende, la creación del estado en Norteamérica. En Málaga, su primer templo quedó inconcluso.
Otro motivo de la inacabada catedral
A pesar de que los sucesos de aquella etapa otorgan verosimilitud al relato, no existen documentos que permitan confirmar o desmentir si ocurrió así o no. Con todo, el apoyo de la Corona a los revolucionarios estadounidenses no fue el único motivo por el que la torre sur de la Catedral Basílica de la Encarnación no alcanzó la finalización que le correspondía. Y por el que actualmente se contempla distinta a su hermana. Ochenta años después, con Isabel II en el trono, se impulsó de nuevo la terminación de la obra. No se desarrolló el proyecto, ya que en un momento determinado se desvió la partida económica a ello destinado a otras actuaciones como la rehabilitación de los caminos de Vélez-Málaga y Antequera o el trasvase de agua a la ciudad por el acueducto de San Telmo. El primer templo de la diócesis pasó a quedar para siempre, o al menos hasta nuestros días, como la Manquita.
Dicha idea es la elegida por los malagueños y las malagueñas para referirse de forma popular a su estupenda catedral. Más allá de lo narrado, resulta que la torre sur no es lo único que no se construyó como originalmente se planteó. También restan, por ejemplo, las cubiertas como deberían ser. Esto es para repeler la lluvia y evitar unas humedades, e incluso goteras en ocasiones, que sufre el monumento en su interior. La voluntad del obispo es que de una vez por todas puedan construirse los tejados a dos aguas para cerrar ese problema. Y ahí resurge el debate sobre la torre sur. Por el momento, continuará largo tiempo como hasta ahora, que no está tan mal.
Por si quieres saber más de la catedral de Málaga…
(Web del primer templo de la diócesis malagueña)
… y de la intervención española en la independencia de Estados Unidos…
La independencia que EEUU le debe a España y de la que ahora habla Biden
(Reportaje de Daniel J. Ollero en El Mundo, 01-07-2022)